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Los vecinos se quejan: los gatos callejeros en Ballermann se reproducen rápidamente

Los vecinos se quejan: los gatos callejeros en Ballermann se reproducen rápidamente

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En los límites de la Playa de Palma, cada vez aparecen más gatos callejeros que generan molestias: los vecinos hablan de colonias, comidas traídas desde Palma y preocupaciones por la higiene y la seguridad vial.

Cada vez más gatos, cada vez más problemas en Ballermann

A primera hora de la mañana, cuando los bares de playa todavía levantan las sillas y el personal de limpieza toma su primer café, ya se les ve: grupos de gatos que merodean entre las dunas y los terrenos vacíos. Los vecinos de la Playa de Palma dicen que ha aumentado notablemente, y a una velocidad que sorprende.

Quién alimenta — y por qué eso se convierte en un problema

La situación es complicada. Algunas personas del centro de Palma llegan hasta allí para dar restos de comida a los animales; otras, que viven en alojamientos provisionales en Can Pastilla o Las Maravillas, montan pequeñas fuentes de comida. Eso es comprensible: a nadie le gustan los animales hambrientos, pero esos puestos atraen a más gatos y conducen a colonias permanentes.

El resultado: más excremento en los caminos, más escenas nocturnas de peleas por los mejores lugares de comida y, de vez en cuando, accidentes de tráfico cuando de repente un animal cruza la carretera. Especialmente afectados son los terrenos entre las viviendas y la autopista en dirección a Llucmajor; allí, según los vecinos, se agrupan docenas de gatos.

Lo que exigen los vecindarios

Los residentes locales no quieren medidas drásticas, dicen, sino control y responsabilidad. La demanda es: el ayuntamiento debe actuar antes de que un problema visible se torne en algo que apenas pueda controlarse. Grupos vecinales han elaborado listas, recogen fotos y reportan los puntos críticos — en parte porque la higiene sufre, en parte por el ruido matutino.

Importante para muchos es el enfoque humano. En lugar de soluciones rápidas, los vecinos desean una estrategia a largo plazo que capture, esterilice y devuelva a los gatos (TNR), acompañada de campañas de concienciación contra el alimentado descontrolado.

Qué caminos son realistas

Asociaciones de protección animal en la isla podrían organizar campañas; las campañas móviles de esterilización son técnicamente posibles y han ayudado en otros lugares. Al mismo tiempo, hacen falta reglas claras: quienes operan comederos deben asumir la responsabilidad — limpieza regular, eliminación de desechos y notificación a las autoridades. Algunos también proponen establecer comederos específicos con agua y protección contra el viento, que sean controlables.

La mayoría de los vecinos que he conocido parece agotada: no quieren confrontación con amantes de los animales, pero tampoco una carga permanente frente a la casa. La esperanza ahora está en la administración municipal y en una mejor coordinación con grupos de protección animal, para que los gatos no sean motivo de enojo, sino una tarea manejable.

En las calles y terrenos de Mallorca, las soluciones funcionan mejor cuando todas las partes se comprometen, y no solo dejar las cáscaras de comida.

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