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Bloqueo de los padres en Son Sardina: la escuela permanece cerrada tres días tras fallo contra el docente

Bloqueo de los padres en Son Sardina: la escuela permanece cerrada tres días tras fallo contra el docente

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En el barrio de Son Sardina las aulas quedaron vacías: los padres protestaron durante tres días contra el regreso de un profesor condenado por el acoso de un menor. El conflicto muestra los límites legales de las autoridades.

Protesta en lugar de clases: los padres envían una señal en Son Sardina

En el primer día de clases tras las vacaciones, fue inusualmente silencioso la Calle Major de Son Sardina. En lugar de voces de niños se escuchaba solo el tintineo de las mochilas y, de vez en cuando, un coche. Muchos padres dieron la vuelta. La escuela primaria Maria Antònia Salvà quedó en tres días mayoritariamente vacía – una protesta dirigida contra el regreso de un profesor que fue condenado en noviembre de 2024 por el acoso de un menor a un año de prisión y una multa. La sentencia aún no es firme; la apelación está en curso.

Cómo empezó: preocupaciones, solidaridad y una atención de emergencia

Por la mañana, alrededor de las 7:50, las familias se reunieron frente a la puerta de la escuela. Algunas habían decidido traer de nuevo a sus hijos de forma espontánea; otras ya estaban informadas desde antes. La representación de los padres señaló que, en el primer día, apenas hubo niños en clase. Se comenta que incluso quienes normalmente nunca protestan se unieron a la protesta, por preocupación, se dice, con tono sobrio.

Para no dejar a los padres trabajadores desamparados, los iniciadores organizaron un sencillo cuidado de emergencia. Diez familias supuestamente utilizaron esta oferta. Nada grande, más bien pragmático: un espacio tranquilo, juegos, un adulto que vigile. Así se mantuvo la presión sobre la autoridad escolar sin sobrecargar a las familias por completo.

Autoridad entre la ley y la práctica

La administración regional de las Islas Baleares se encuentra en una cuerda floja. El Ministerio de Educación subraya que comprende los miedos de los padres, pero a la vez está jurídicamente limitado. Un fallo inmediato de expulsión del profesor no ha sido ordenado por un juez todavía. La administración está evaluando soluciones prácticas: acompañamiento por auxiliares en el aula, cambios en los horarios de servicio o grupos de enseñanza separados, medidas que aseguren el funcionamiento de la escuela sin adelantar un procedimiento legal en curso.

Un portavoz del Ministerio argumentó que una expulsión prematura podría acarrear consecuencias legales para la administración. Los padres lo ven de otra manera. Muchos exigen decisiones claras y más transparencia — preferiblemente por escrito y con plazos.

Lo que queda

La acción tuvo un efecto de señal: en Son Sardina no se trató de espectáculo sino de protección y confianza. Si la autoridad educativa reacciona, se verá en los próximos días. Para las familias afectadas, la preocupación permanece visible, y el recuerdo de cuánta poca espera a veces hay entre un fallo judicial y el primer día de clases.

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