Casi 37 toneladas de basura del mar: balance de la flota de limpieza en las Baleares

Casi 37 toneladas de basura del mar: balance de la flota de limpieza en las Baleares

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Entre mayo y septiembre, 23 embarcaciones especializadas recogieron casi 37 toneladas de residuos alrededor de las Baleares. La mayoría de los hallazgos procedían de las aguas de Calvià, Andratx y Alcúdia.

Alrededor de las islas: la operación de limpieza que se sintió

Cuando se pasea por la mañana por el puerto de Palma y se observa a los pescadores al desenredar las redes, rara vez se piensa en la cantidad de plástico que flota en el agua. Este año, sin embargo, la labor de recogida fue más visible: entre mayo y finales de septiembre las autoridades contabilizaron casi 37 toneladas de residuos que una flota de 23 embarcaciones especializadas sacó del mar.

El balance diario: poca cantidad, gran suma

Según las listas de operaciones, una embarcación recogía de media alrededor de 269 kilos al día. Parece poco, pero no lo es cuando se calcula a lo largo de cuatro meses. Las zonas más afectadas fueron los tramos costeros de Calvià, Andratx y Alcúdia. Frente a estos lugares los equipos encontraron especialmente plástico: botellas, fragmentos de redes, bolsas y envases. En segunda posición aparecieron restos de madera y de plantas arrastrados a las calas tras las tormentas.

Las embarcaciones no eran barcos de trabajo normales. Eran pequeñas naves especializadas con agarres y sistemas de retención que a menudo zarparon antes del amanecer —a veces sobre las 6:30, cuando el mar aún estaba liso. Los reporteros locales cuentan que las tripulaciones, tras una larga jornada, todavía pasan un rato en tierra para tomar un café y reírse de los objetos más curiosos hallados: desde juguetes infantiles hasta tumbonas completas.

Por qué el resultado da esperanza — y hace pensar

Un tercio más de basura que el año anterior suena al principio a retroceso. Pero la cifra también muestra que la recogida fue más intensa: más embarcaciones, rutas más largas y mejor documentación. Eso significa que las autoridades ahora ven más claramente los problemas y actúan. Al mismo tiempo es una llamada de atención: la fuente de la contaminación suele estar en tierra —envases mal desechados, aguas pluviales con residuos, redes perdidas.

Quien pasea por las playas nota el cambio. Hay más conciencia: grupos de voluntarios, proyectos escolares y pescadores que avisan cuando ven grandes acumulaciones. Pero se necesita más que buenas palabras —mejor infraestructura, menos plásticos de un solo uso y controles regulares.

Al final queda una sensación extraña entre el alivio y el trabajo que aún nos espera. Las embarcaciones dejan sus redes en tierra, los equipos se duchan brevemente y se van a casa. Mañana será lo mismo —sobre las 7 sale la siguiente tripulación.

Qué puedes hacer tú: llevarte la basura de la playa, evitar el plástico de un solo uso y apoyar las campañas locales de limpieza. Pequeños pasos, gran efecto —esto lo notamos cada día en la isla.

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