Buceador extrayendo botellas y restos de redes de plástico del agua en Portet d'es Salinar

Lo que hay bajo la superficie de la costa de Mallorca: basura que se nos escapa

👁 9342✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

Un buceador aficionado extrae en Portet d'es Salinar redes llenas de plástico del agua. Las imágenes son más que una simple molestia: muestran un problema sistémico que conecta turismo, gestión portuaria y la vida cotidiana.

Lo que no vemos en la superficie: plástico y restos de redes bajo las olas de Mallorca

Era poco después de las nueve, el sol brillaba en la superficie del agua de Portet d'es Salinar, las gaviotas gritaban a lo lejos y un bote a motor se deslizaba silencioso por la bahía. A primera vista: una hermosa costa veraniega. Luego un vídeo de tres minutos, sin montaje, solo un hombre con una red. Saca botellas, envoltorios de snacks y restos de redes del agua. La pregunta central que plantea el clip es simple y preocupante: ¿qué tan limpia es realmente nuestra imagen del mar si solo miramos la superficie?

El día a día bajo el agua – impresiones que rara vez tenemos

Quien alguna vez se ha puesto máscara y tubo y ha buceado un momento, lo conoce: un azul distinto, vida más densa, praderas de posidonia, pequeños bancos de peces. Las imágenes de Portet muestran otra cosa: plásticos ligeros que quedan enganchados entre las hojas de posidonia, pequeñas bolsas que tiran en la superficie y hilos de pesca finos que se enredan en las plantas como telarañas. No es una película de catástrofe, sino un inventario sobrio. El buceador no busca espectacularidad, está enfadado y decepcionado a la vez: «No podía creerlo», dice en el clip. Y ese es el problema: muchas veces no lo vemos.

Por qué esto es más que un problema estético

Las piezas de plástico no se pudren simplemente, se fragmentan. De grandes bolsas surgen microfragmentos que entran en la cadena alimentaria. Las praderas de posidonia, que aportan oxígeno y sirven de cría para muchas especies, sufren cuando hilos y redes las asfixian. Las consecuencias van más allá: redes enredadas dificultan la pesca, bahías contaminadas empeoran la imagen de las playas y, a la larga, afectan aquello de lo que viven muchas personas: visitantes e ingresos.

Lo que suele quedar fuera de la mirada es que las fuentes del problema son multifactoriales. Pequeñas negligencias en la playa se suman a cargas mal aseguradas en embarcaciones, basura que el viento arrastra desde aparcamientos hacia los barrancos, y puntos de recogida insuficientes o de difícil acceso. Además hay picos estacionales: los fines de semana y en temporada alta la llegada de residuos se acelera notablemente.

Lo que las grabaciones no muestran – y por qué importa

El vídeo documenta los síntomas, pero menos los mecanismos detrás: ¿quiénes son los principales responsables? ¿Cómo llegan las fibras a los prados de posidonia? ¿Qué eficacia tienen los controles en las pequeñas marinas? Aquí hay una brecha informativa. Sin registros sistemáticos, muchas medidas siguen siendo reactivas: las limpiezas ayudan localmente, pero no cambian las rutas de deriva de la basura ni la logística de residuos de las localidades.

Oportunidades concretas y pasos que pueden mover las cosas rápido

Lo positivo: muchas soluciones son prácticas y aplicables a nivel local. Requieren más coordinación que grandes presupuestos.

1. Mejor infraestructura en puntos de acceso: más papeleras en aparcamientos y miradores, contenedores seguros con tapa contra el viento, puntos de recogida accesibles en pequeños núcleos.

2. Implicar puertos y embarcaciones: obligación de asegurar las cargas sueltas en los barcos, mejores recepciones portuarias para residuos de embarcaciones, incentivos para que las empresas de charter recojan basura en lugar de tirarla al mar.

3. Controles y sanciones más estrictos: reglas más claras contra vertidos ilegales y su aplicación consecuente –no solo en el papel, sino visible para la población.

4. Datos en lugar de percepciones: documentación regular por grupos locales de buceo y voluntarios: recuentos de basura, grabaciones GPS para identificar puntos conflictivos. Ese conocimiento permite acciones más dirigidas.

5. Turismo y restauración como parte de la solución: carteles multilingües en las playas, menos productos de un solo uso en chiringuitos, colaboraciones entre municipios y hoteles para campañas de recogida.

Práctico en el lugar: lo que cualquiera puede hacer hoy

Si mañana va a la playa: lleve unos guantes, una bolsa, quédese cinco minutos más. Los buceadores pueden comunicar los objetos hallados para que los municipios sepan dónde reaparece el problema. Los ayuntamientos, a su vez, deberían no solo tolerar las acciones de voluntarios, sino coordinarlas –con fechas de recogida y herramientas. Estas pequeñas labores parecen banales, pero generan presión sobre la administración para que actúe de forma estratégica.

Una última mirada bajo la línea del agua

Portet d'es Salinar no es un caso aislado, sino un espejo de cómo tratamos nuestra costa. El vídeo ha despertado al vecindario, y eso es positivo. La cuestión es si podemos convertir la indignación en cambio institucional: mejor infraestructura, reglas claras y recolección regular de datos. Sin ello, la superficie del mar seguirá bien arreglada mientras debajo flotan vidrio y bolsas de snacks. Y eso sería insuficiente para una isla que vive del mar.

Noticias similares