Voluntarios en el Paseo Marítimo recogiendo mantas y agua mientras llegan embarcaciones a las Baleares

Más barcos, más preguntas: Mallorca bajo presión por el aumento de llegadas de embarcaciones

👁 8123✍️ Autor: Ana Sánchez🎨 Caricatura: Esteban Nic

Entre enero y septiembre de 2025 llegaron 5.681 personas en 307 embarcaciones a las Baleares —un aumento del 74 %. Mallorca afronta desafíos logísticos, humanitarios y políticos. ¿Quién asume la responsabilidad y qué soluciones se necesitan ahora?

De pronto más barcos, aún más preguntas

En una mañana fresca en el Paseo Marítimo, el aroma del café fuerte se mezcla con el olor a aceite de motor. Las charranes sobrevuelan, en la distancia zumba una embarcación de la guardia costera —y en cubierta voluntarios apilan mantas, botellas de agua y termos. Las cifras suenan frías, la escena no lo es: entre enero y septiembre de 2025 las autoridades de las Baleares registraron a 5.681 personas en 307 embarcaciones — aproximadamente un 74 % más que en el mismo período de 2024. Para Mallorca, que por sí sola contabiliza más de 3.200 llegadas, esto significa: más pequeñas tragedias, mayor necesidad inmediata de ayuda.

¿Qué tan grave es la situación —y qué pregunta lo resume todo?

La pregunta central es simple: ¿Cómo debe afrontar Mallorca esta presión repentina cuando la infraestructura, el personal y las competencias legales están al límite? Si la tendencia continúa, podrían llegar hacia fin de año unas 10.250 personas —una cuadruplicación respecto a 2023. Especialmente llamativo es el cambio de ruta: las embarcaciones proceden cada vez más desde dirección Argelia; los países de origen son hoy más diversos, desde territorios al sur del Sáhara hasta partes de Asia.

Lo que las estadísticas no cuentan

Los voluntarios no hablan solo de números, sino de agotamiento, enfermedades respiratorias tras horas de travesía y de niños que lloran y no pueden dormir. Las autoridades han informado hasta ahora de 44 cadáveres encontrados en la playa; organizaciones humanitarias hablan de cientos de desaparecidos. Esta dimensión humanitaria suele reducirse en el debate público a «más barcos» —y se presta menos atención a la atención psicosocial, la integración a largo plazo y el riesgo de un colapso del proceso de registro.

Conflicto por menores: decisión judicial

Un punto conflictivo es la acogida de menores no acompañados. El gobierno regional habla solo de unos 70 plazas para jóvenes, mientras que el gobierno central quiere ver un total de 406 menores repartidos. La disputa ya llegó a los tribunales. Detrás de las cifras hay innumerables decisiones: ¿dónde pasan la noche los niños, cómo se garantiza su protección, quién paga intérpretes, escolarización y terapia por trauma?

Puntos débiles en la organización: ¿qué falta sobre el terreno?

Varios problemas se presentan a la vez: alojamientos de emergencia limitados, personal médico insuficiente para infecciones y secuelas traumáticas, largas colas para el registro y una red de voluntarios exhausta. En el Paseo Marítimo se ven las consecuencias: personas que llegan por la mañana siguen en la fila por la tarde, y los voluntarios hablan de agotamiento y de falta de turnos de descanso. Los hoteles no están todos disponibles por temporada, los pabellones deportivos ya se han usado varias veces como soluciones temporales —pero son parches, no soluciones sostenibles.

Por qué las Baleares se ven afectadas de forma distinta

Es llamativo: mientras las Baleares registran más llegadas, las cifras en el conjunto de España y en Canarias descienden. Las causas posibles van desde cambios en las condiciones del mar y desplazamientos de rutas hasta un mayor control en otros puntos. Para las islas esto significa una redistribución inesperada de la carga —y la pregunta de quién será responsable a largo plazo: ¿los municipios, la comunidad o el Estado?

Propuestas concretas —desde lo inmediato hasta lo medio plazo

Esperar no es una opción. A corto plazo ayudan:

- Equipos médicos móviles: equipos para pruebas rápidas, vacunación y atención de traumas que permanezcan varios días en las islas.

- Capacidades temporales: coordinar las plazas hoteleras vacantes en temporada, equipar pabellones con estándares mínimos, desplegar alojamientos de campaña rápidamente con condiciones dignas.

- Gestión de voluntariado: turnos, apoyo psicológico y formación para voluntarios, para evitar el agotamiento.

A medio plazo se requieren respuestas estructurales:

- Un mecanismo vinculante de reparto entre municipios, comunidad y Estado para menores y personas especialmente vulnerables.

- Financiación y apoyo logístico de la UE en lugar de soluciones locales parcheadas —desde plataformas de datos hasta capacidad marítima para acogida humana.

- Vías legales e integradoras que ofrezcan canales rápidos y seguros para personas necesitadas de protección, en vez de empujarlas a rutas peligrosas.

Oportunidades que a menudo se pasan por alto

En la crisis también hay oportunidades: una acogida organizada y ofertas tempranas de integración pueden cubrir necesidades de mano de obra, enriquecer escuelas y comunidades y reducir costes a largo plazo. Iniciativas locales ya muestran el potencial: cafés de idioma, cursos de oficios y colaboraciones con cofradías de pescadores, que son a menudo los primeros en actuar en rescates, funcionan ya a pequeña escala.

Perspectiva —realista, pero no desesperada

Las conversaciones en las barras de Palma se han vuelto más serias. El reto es a la vez político, burocrático y humano. Mallorca puede reaccionar a corto plazo con capacidad organizativa —pero sin competencias claras, medios suficientes y una perspectiva europea, la situación seguirá siendo frágil. Quien ahora planifique con calma y adopte decisiones valientes y humanas, evitará que el próximo invierno sea una prueba de resistencia para nuestra comunidad insular.

Lectoras y lectores: Si desean ayudar, infórmense en las organizaciones locales sobre ofertas coordinadas; las donaciones y el tiempo son urgentes, pero resultan más eficaces con una coordinación clara.

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