Calle empedrada de Palma con ligera llovizna y reflejos en los adoquines

Llovizna suave y aire templado: Palma, 14 de octubre

👁 4123✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

Una ligera llovizna hace brillar los empedrados del casco antiguo. Templados 24 °C, viento débil del noreste y la excusa perfecta para un café extra en el Passeig Mallorca.

Llovizna suave acompaña a Palma — un día para pasear

Quienes esta mañana del 14 de octubre pasean por el Passeig Mallorca o por las estrechas calles del casco antiguo oyen primero el discreto caer sobre las mesas de los cafés. No es un tiempo dramático, más bien esa llovizna fina que hace que la ciudad reluzca un poco y deja en el aire el aroma cálido de la piedra húmeda. El sol asoma de vez en cuando, las farolas se reflejan en los adoquines y las gaviotas sobre la bahía parecen extrañadas, pero no preocupadas.

Temperaturas agradables — otoño, pero templado

Los termómetros comenzaron la mañana en torno a 18–19 °C. Durante el día se esperan máximas alrededor de 24–25 °C; por la tarde bajará ligeramente hasta unos 22 °C. La noche se mantiene templada con cerca de 20 °C. Quienes hoy ya sacan la chaqueta de invierno pueden sentirse un poco exagerados: una chaqueta ligera o un jersey son suficientes en la mayoría de los casos.

Temperatura percibida y viento

La temperatura percibida se corresponde bien con los datos: fresca por la mañana y agradablemente cálida más tarde. El viento sopla del noreste, débil a moderado. En el paseo marítimo se nota más y puede refrescar de forma puntual — una brisa ligera que hace ondear un poco el paraguas. Para las personas sensibles al viento o a las que les gusta abrigarse cuando están cerca del mar, es recomendable una cazadora ligera cortavientos.

Aire húmedo, empedrados mojados — pequeñas precauciones

La presión atmosférica está en valores normales, la humedad relativa es alta y hace que la llovizna se sienta con más intensidad. Esto tiene efectos prácticos: la carga de pólenes es menor, aunque el aire se siente más pesado. Los adoquines en barrios como La Lonja están hoy brillantes y en algunos tramos resbaladizos. Quienes elijan calzado con buen perfil pasarán el día más cómodos.

Breve consejo cotidiano: Un paraguas pequeño o una fina impermeable son más que suficientes. La mayoría de las cafeterías del Passeig Mallorca y de Santa Catalina cuentan con terrazas cubiertas — ideales para un café a las 11 o un almuerzo tardío si la llovizna arrecia un poco. Aficionados a la cultura: en Es Baluard o en el Museu de Mallorca está seco y acogedor por si la lluvia dura más.

Valoración para la vida cotidiana

Para quienes se desplazan a diario y para los turistas, el tiempo no supone grandes complicaciones: las calles siguen transitables, los autobuses circulan con normalidad y las salidas al mar no están descartadas, solo un poco más cambiantes. Un paseo por el Paseo Marítimo con paraguas y una parada en una panadería sienta especialmente bien hoy. Los sonidos de la ciudad — el tintinear de las tazas, el ocasional chirrido de una bicicleta sobre el adoquinado mojado, el lejano rumor de las olas — componen una banda sonora suave.

Mirando hacia adelante

En pocas palabras: un día para desacelerar. Sin prisas, mejor bajar el ritmo, pedir un café más y tomar la llovizna como compañía amable. Palma se muestra hoy templada y algo reluciente — perfecta para conversar bajo los paraguas, para los puestos del mercado que protegen la fruta con pequeños toldos y para quienes disfrutan de la sensación otoñal relajada.

Para sacarle el máximo partido al día: una vuelta por el casco antiguo, una parada en una cafetería pequeña y por la noche un paseo por el puerto iluminado. La lluvia es sutil — la ciudad sigue abierta.

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