Puestos iluminados del mercado navideño en el parque Sa Feixina por la noche

Menos ruido navideño en Sa Feixina: éxito para los vecinos, pero ¿duradero?

👁 2584✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

Palma restringe la reproducción musical en el mercado navideño de Sa Feixina. Los vecinos respiran aliviados, pero siguen sin resolverse cuestiones clave sobre control, costes y duración.

Música solo en determinadas noches: Palma rebaja el mercado navideño

El aroma de las almendras garrapiñadas se mezcla estos días con el suave susurro de las hojas de las palmeras en el parque Sa Feixina. Pero otro sonido deberá escucharse menos a partir de ahora: la música alta del mercado navideño. El Ayuntamiento, tras las quejas de los vecinos, ha endurecido las normas: el sonido solo está permitido los viernes y sábados entre 19:30 y 21:30 —y tan bajo que no se oiga fuera del parque.

La pregunta central: ¿es un compromiso o solo un parche?

A primera vista la medida parece un claro éxito para los residentes: menos exposición continua al ruido, un camino a casa más tranquilo a lo largo de la Avinguda, noches más relajadas. Pero la cuestión fundamental sigue siendo: ¿es suficiente la normativa para garantizar de forma duradera el equilibrio entre la vida pública y la calidad residencial? ¿O la medida se convertirá en un papel que desaparece en la primera semana de diciembre con más afluencia?

Lo que significa la decisión —y lo que no

En la práctica esto implica: no hay música constante en los puestos, no hay listas de reproducción continuas, no hay altavoces de fondo que lleguen hasta las calles laterales. La directriz de permitir música solo en franjas horarias reducidas y dentro de límites claros de volumen es notablemente más estricta que los planes iniciales. Bueno para el sueño de los vecinos, dicen vecinos mayores que, durante mi paseo con el perro, asienten con aprobación. Aun así persiste el escepticismo. ¿Quién controlará los decibelios? ¿Cómo se sancionarán las infracciones? ¿Y cuánto tiempo estará vigente la normativa?

La mirada detrás del telón: problemas poco debatidos

En el debate público a menudo faltan detalles prácticos. Primero: transparencia en las adjudicaciones y costes. ¿Quién paga los puestos, la electricidad, la limpieza y la seguridad? ¿Asume estos gastos el Ayuntamiento, los organizadores o de forma indirecta los vecinos? Segundo: controles. Las mediciones de decibelios requieren personal, equipos y umbrales claros. ¿Son los puntos de control móviles? ¿Hay puntos de medición fijos en el borde del parque? Sin protocolos precisos existe el riesgo de un sistema "basado en la confianza" que falle en la práctica.

Tercero: efectos secundarios como contaminación lumínica, residuos y aumento del tráfico han sido poco analizados hasta ahora. Aunque se reduzca la música, unas luces potentes, altavoces ocultos o montones adicionales de basura pueden seguir perjudicando la calidad de vida. Cuarto: la dimensión social —los pequeños comerciantes obtienen a menudo gran parte de sus ingresos durante el Adviento. Una regulación demasiado estricta puede poner en riesgo su subsistencia si no se les compensa o integra previamente.

Oportunidades concretas y propuestas de solución

El Ayuntamiento puede recuperar la confianza con pocas medidas prácticas. Propuestas que pueden aplicarse rápido:

- Matriz de decibelios y puntos de medición visibles: Puntos de medición fijos en los bordes del parque con umbrales claramente señalizados y mediciones protocolizadas y accesibles públicamente.

- Desglose transparente de costes: Explicación clara de quién paga por la infraestructura, limpieza y seguridad. Podrían ser fondos municipales, contribuciones de los organizadores o un proceso de licitación transparente.

- Ensayo piloto temporal con informe de evaluación: Un año de prueba tras el cual se realice una valoración independiente —con la participación de la iniciativa vecinal Barri Cívic.

- Punto de contacto para quejas: Una persona de contacto accesible en la administración, un número de teléfono y un formulario en línea con plazos de respuesta rápidos.

- Medidas de compensación social: Apoyo a los comercios locales, por ejemplo reducción de las tasas de los puestos o apoyo publicitario, para que los intereses económicos no queden desatendidos.

Lo que queda por observar

Las próximas semanas mostrarán si el compromiso se mantiene. Son importantes dos cosas: primero, que los controles se lleven a cabo realmente y que las infracciones se sancionen con rapidez. Segundo, que el Ayuntamiento responda a las preguntas abiertas sobre costes y duración de la medida. Muchos vecinos desean algo más que un fin de semana de Adviento más tranquilo; quieren seguridad de planificación durante varias temporadas.

Y luego están las pequeñas señales del día a día: una pareja mayor que vuelve a usar el banco del parque para leer; niños que corren sin auriculares; el perro que ya no se despierta de noche por las vibraciones del bajo. Son esos detalles los que cuentan a nivel local —la música alta puede atraer visitantes, pero la calidad de vida de los residentes es el latido estable de la ciudad.

Conclusión

La limitación de los horarios de música en Sa Feixina es un paso en la dirección correcta. Responde a la queja inmediata de muchos vecinos. Lo que no responde son las cuestiones estructurales: control, costes, transparencia y duración. Si Palma ajusta estas cuestiones de forma rigurosa, una intervención temporal puede convertirse en una solución sostenible. De lo contrario, existe el riesgo de repetir el ciclo de quejas y controles a medias que se ve en muchas ciudades.

Volveré a pasear por el banco del parque en la próxima tarde. Quizá solo escuche el susurro de las hojas de las palmeras —y tras este año eso ya sería una pequeña ganancia.

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