Palma schafft gelbe Terrassenmarken ab – Folgen für Wirte und Kontrolle

Palma quiere suprimir las marcaciones amarillas de las terrazas — qué significa para los hosteleros

👁 4200✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

El Ayuntamiento de Palma planea eliminar las llamativas marcas amarillas en el suelo que delimitan las terrazas exteriores. Para algunos hosteleros supone un alivio; para otros, un nuevo motivo de preocupación.

¿Desaparecerán las franjas amarillas – por fin?

En Palma se anuncia un cambio pequeño pero visible: las marcas amarillas que señalan las zonas para mesas y sillas exteriores se eliminarán progresivamente. Quien en los últimos años ha paseado por las Ramblas o por el Paseo Marítimo las conoce — líneas amarillas, a veces bastante extensas, a veces casi inexistentes. El Ayuntamiento opina que no son estéticas y que ya no están al día.

Nuevas ideas, pero también preocupaciones

Como posible alternativa se mencionan ahora pequeños remaches metálicos en el suelo que delimiten el área permitida. A primera vista suena más discreto. Sin embargo, hay voces que advierten: podrían surgir riesgos de tropiezo, sobre todo para clientes mayores o con carritos de bebé. Y también está la cuestión de cuán visibles son esos puntos con lluvia o al anochecer.

Control sin una línea clara — difícil

Lo que en las oficinas de los urbanistas puede parecer elegante, plantea problemas a los inspectores. Sin una delimitación clara será más difícil comprobar quién respeta las normas y quién ocupa más espacio público del permitido. Según una defensora local del vecindario, actualmente alrededor de 800 terrazas en Palma no están claramente marcadas. Esto genera tensiones: una parte de los hosteleros cumple estrictamente las normas, otros utilizan más espacio público del que les corresponde.

«Eso, a las diez de la mañana en la Plaza del Mercat o por la noche en la Calle Sant Miquel, no es solo un tema estético, sino también práctico», dice nadie directamente (porque nadie es citado por su nombre), pero así hablan la gente en la calle.

Qué ocurre ahora

El Ayuntamiento quiere instalar próximamente puestos de prueba y hablar con hosteleros, vecinos y el servicio de orden público. Es posible que en zonas de mucho tránsito se prueben soluciones distintas a las de calles residenciales. El objetivo: menos ruido visual, pero control suficiente. Hasta que se tomen decisiones, muchas terrazas probablemente permanecerán en una zona gris — y el debate continúa.

Quien camina por Palma lo ve: algunos cafés miden con precisión, otros simplemente extienden un poco las mesas. Si al final ayudarán los remaches metálicos, pavimentos discretos o incluso soluciones digitales — eso está por verse. Para los hosteleros, por ahora toca esperar y, como tantas veces, organizar el día a día con el menor trastorno posible.

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