Nuevos datos muestran: La vida en Palma es notablemente más cara que en el resto de España. Alquileres, electricidad e incluso la cerveza en la esquina presionan el bolsillo.
Cuando el café de repente cuesta más
Se nota por la mañana en la Plaça: el café con leche ya no es lo que era. El nuevo estudio de un sitio de comparación español lista a Palma como la segunda ciudad más cara del país. ¿Suena abstracto? Para muchos aquí significa: calcular, ajustar, a veces ahorrar.
La vivienda devora el presupuesto
Los números son concretos: Un apartamento de unos 90 m² cuesta en promedio alrededor de 2.110 euros de alquiler al mes. No es un ático de lujo, sino un tipo normal de tres habitaciones en barrios centrales —calle Genovesa, El Terreno, a veces incluso en partes de Santa Catalina. Para familias y commuters es un golpe duro.
Electricidad, alimentos, gasolina — todo más caro
No solo afecta a los inquilinos. También las facturas de electricidad, las compras en el supermercado y los precios de la gasolina están por encima de la media nacional. Quien viaja regularmente al área industrial o al puerto nota la diferencia en la gasolinera. Y sí: Incluso una cerveza en el bar puede costar más aquí que en ciudades más pequeñas del continente.
Un cuarto por encima de la media española — tanto más caro es la vida aquí según el estudio. Eso tiene consecuencias: Las pequeñas tiendas lo piensan dos veces antes de mantener los precios estables; las parejas jóvenes consideran seriamente mudarse al borde de la isla; los artesanos son más cautelosos con sus ofertas.
¿Cómo reaccionan las personas locales?
En el mercado semanal dice María, que vende frutas en el Mercat de l’Olivar: „Los clientes ahora calculan más. Algunos compran menos, otros cambian a marcas más baratas.“ Un taxista, que está un martes lluvioso frente al ayuntamiento, murmura: „Más gente comparte viajes. Antes no veíamos eso.“
La administración municipal está bajo presión para crear vivienda asequible y amortiguar los precios de la energía. Si las ayudas a corto plazo son suficientes es cuestionable — muchas medidas necesitan tiempo, planificación y dinero.
¿Qué queda?
Palma sigue siendo una ciudad vibrante con playa, callejones y mercados. Pero la vida diaria se vuelve más costosa para muchos. Quien vive aquí conoce los trucos: comparar precios, prestar atención a las ofertas en el mercado semanal, preguntar a los vecinos por buenos artesanos. Pequeños ajustes que al final del mes suman mucho.
Una nota del día a día: Quien planea mudarse ahora debería revisar bien los costos adicionales — a menudo son los impulsores ocultos de precios.
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