Jagdhund aus 20‑Meter‑Zisterne gerettet – Muro/Santa Margalida

Sacado de la oscuridad: perro de caza rescatado tras una caída de 20 metros en Muro

👁 2187✍️ Autor: Lucía Ferrer🎨 Caricatura: Esteban Nic

En una propiedad privada entre Muro y Santa Margalida, un perro de caza cayó en una cisterna de 20 metros de profundidad. Los bomberos sacaron al animal en menos de una hora ileso. Un pequeño ejemplo de cómo vecinos y servicios de rescate colaboran en Mallorca.

Sacado de la oscuridad: perro de caza rescatado tras una caída de 20 metros en Muro

Bomberos sacan al animal con arneses y cuerdas de una cisterna profunda – propietario ileso en las cercanías

Al final de la tarde del martes, la tranquila zona entre Muro y Santa Margalida se vio interrumpida por llamados alarmados: un perro de caza había caído en una antigua cisterna dentro de una propiedad privada y emitía sonidos de desesperación. Los bomberos alertados llegaron al lugar poco después de la llamada y se encontraron con el acceso a un pozo de unos 20 metros de profundidad.

El rescate comenzó alrededor de las 17:30. En el lugar estaban cazadores que habían oído los ladridos y el dueño del perro, que pedía ayuda. Los efectivos aseguraron la zona, colocaron un arnés de seguridad al perro y emplearon cuerdas. Un bombero descendió al pozo y sujetó al animal con cuidado; en aproximadamente una hora el cuadrúpedo volvió a la superficie.

Resultado alentador: el perro no presentaba heridas visibles y, tras el susto, parecía encontrarse bien. El rápido rescate fue un alivio no solo para el propietario, sino también para las vecinas y vecinos presentes. En propiedades como esa, donde hay pozos y cisternas antiguas en el terreno, los vecinos suelen ser los primeros en detectar incidentes, y en este caso su aviso fue clave para la ayuda.

En un momento se valoró la posibilidad de involucrar a la unidad de protección animal de la Guardia Civil (Seprona), porque en animales de edad avanzada en la isla ocasionalmente se detectan casos de negligencia o abandono intencionado. En este caso no fue necesario: el dueño estaba presente y solicitó expresamente la ayuda para rescatar a su animal.

La escena transcurrió bajo una puesta de sol invernal: el camino a la finca estaba polvoriento, olía a tierra húmeda y, a lo lejos, algunas grajas sobrevolaban la zona. Imágenes cotidianas en Mallorca que recuerdan lo rápido que una tarde común puede volverse extraordinaria y lo fiable que puede ser la respuesta de los servicios de emergencia. La colaboración entre las personas presentes y los bomberos fue clara: coordinaciones breves, aseguramiento rápido y mano firme en el descenso.

Un consejo práctico que queda del operativo: cubiertas de pozos bien aseguradas y señalizaciones sencillas en propiedades privadas pueden evitar este tipo de caídas. Además, el caso muestra la importancia de la atención vecinal: un ladrido al borde de un campo puede salvar vidas. Quien tenga animales debería comprobar que vallas y tapas estén en buen estado; la identificación o un microchip también ayudan a localizar al propietario con rapidez.

Al final de este pequeño drama quedó una sensación positiva: el animal volvió con su dueño y los bomberos, como servicio fiable, demostraron una vez más que también atienden las emergencias menores. Para Mallorca esto significa: la vigilancia comunitaria funciona y, en una sociedad insular a veces ruidosa pero también solidaria, una llamada decidida de auxilio suele ser más eficaz que largas discusiones sobre responsabilidades.

Un recordatorio práctico: cuando los días son cortos y los caminos se vuelven más difíciles al anochecer, merece la pena dar un rápido paseo de inspección alrededor de la propiedad. Un pozo bien cerrado, caminos claros y vecinos que se vigilan mutuamente son medidas sencillas que en la isla pueden marcar la diferencia.

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