Una depresión en altura atlántica —que algunos meteorólogos llaman 'Alice'— trae tormentas, granizo y lluvias intensas. Por qué estos días son más delicados, qué riesgos hay en el lugar y cómo deberían reaccionar las ciudades y la población de Mallorca.
Se avecinan días poco agradables en la isla
Estoy sentado con una taza de café en Palma, escucho el traqueteo de los persianas y el golpe de las primeras rachas en el Passeig Marítimo. Una depresión en altura atlántica, que algunos llaman 'Alice', se dirige hacia las Baleares. En pocas palabras: variable, con frecuencia húmeda y localmente intensa. La pregunta es: ¿qué tan bien preparada está Mallorca para estos episodios de lluvias intensas que aparecen de forma súbita?
Por qué esta depresión actúa de forma distinta
No se trata de una simple borrasca atlántica, sino de una depresión en altura. Estos sistemas son famosos por cambiar rápidamente la dirección del viento y los patrones de precipitación. El resultado: condiciones muy distintas en distancias cortas. Mientras en Port d'Andratx los acantilados resisten al viento, en los valles de la Serra de Tramuntana los arroyos pueden crecer en una hora. Para los locales eso suena familiar, pero precisamente eso hace que la situación sea traicionera.
Riesgos concretos en el lugar
Las cantidades de lluvia variarán mucho a nivel local. En las zonas bajas de Mallorca hay riesgo de inundaciones; en carreteras costeras estrechas pueden formarse corrientes repentinas. Tormentas cortas y fuertes pueden traer granizo a los suburbios de Palma y a las superficies agrícolas alrededor de Selva. El viento girará hacia el este o nordeste y puede soplar con rachas en puntos expuestos —por ejemplo a lo largo del Passeig Marítimo o en los acantilados de Andratx—. Esta mañana vi a policías en el puerto dando recomendaciones a los propietarios de embarcaciones: la preocupación es real y palpable.
Lo que a menudo se pasa por alto
Los debates públicos suelen centrarse en carreteras y embarcaciones. Menos atención recibe la red de alcantarillado en barrios antiguos, la vulnerabilidad de la agricultura ante el granizo y el papel de los pequeños grupos de protección voluntaria en los pueblos. Muchos municipios tienen conductos de aguas pluviales obsoletos o áreas de retención insuficientes. Cuando las tapas de alcantarilla burbujean y el agua se cuela por estrechas calles, se hace evidente lo localizado de los problemas —y lo diferente que son las reacciones.
Medidas prácticas — lo que deberían hacer los municipios
Hay pasos concretos para reducir el riesgo: limpieza dirigida de sumideros antes de las periodos de tormenta, cierres temporales de accesos peligrosos a lo largo de cauces, rápida puesta en marcha de bombas móviles y coordinación con bomberos y capitanías de puerto. Para las zonas portuarias son importantes amarres regulados en marinas protegidas y cadenas claras de comunicación. Las apps municipales de aviso funcionan bien si se vinculan a normas de conducta claras —no hay razón para entrar en pánico con cada aviso, pero sí para mantenerse alerta.
Consejos para residentes y visitantes
A corto plazo: tener a mano linterna, aparcar los vehículos en zonas más altas si es posible, dejar las embarcaciones en un puerto seguro. Evitar paseos por laderas empinadas y senderos costeros estrechos. No cruzar a motor por pasos inferiores inundados —las bombas muchas veces no actúan de inmediato.
De forma preventiva: revisar tejados y canalones, asegurar objetos sueltos en terrazas, tener a mano la documentación del seguro. Los agricultores deben cubrir cultivos sensibles y los apicultores proteger las colmenas. Tras la lluvia: hacer fotos, documentar daños e informar al ayuntamiento si los sumideros están atascados.
Perspectiva y oportunidades
La fase de incertidumbre, según las previsiones, debería prolongarse desde las últimas horas del miércoles hasta mediados de semana; las temperaturas se mantendrán suaves. Estos episodios son molestos, pero también ofrecen la oportunidad de identificar y corregir debilidades infraestructurales. A largo plazo, inversiones dirigidas en embalses de retención, la renaturalización de cauces y sistemas de saneamiento modernos podrían hacer a Mallorca más resistente —mejor frente a caprichos meteorológicos, sin dañar el perfil de la isla.
Por ahora: mantener los ojos abiertos, consultar las apps meteorológicas con regularidad y planificar con sensatez. Y sí, un poco de paciencia ayuda —la isla conoce estos días de octubre. Las autoridades informarán de cambios, y hasta entonces la mejor defensa contra 'Alice' es una preparación inteligente.
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