Oberster Gerichtshof: Keine steuerliche Benachteiligung von Nicht‑Residenten mit Immobilien

El tribunal frena la discriminación: por qué la sentencia es positiva para los propietarios de inmuebles en Mallorca

👁 2374✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

El Tribunal Supremo ha decidido: los propietarios que no residen en España no pueden ser gravados de forma diferente por su patrimonio. Un caso con inmuebles por un valor de alrededor de 9,4 millones de euros terminó a favor de un contribuyente belga.

El tribunal frena la discriminación: por qué la sentencia es positiva para los propietarios de inmuebles en Mallorca

Un propietario belga ganó en última instancia – esto afecta a muchos dueños de la isla

Palma, 15°C, algunas nubes sobre el Passeig Mallorca: así empieza la semana para muchos que viven aquí o tienen una segunda residencia. Algunos respiran ahora un poco más aliviados. El caso es claro y concreto: un hombre residente en Bélgica, propietario de inmuebles en España por un valor total de cerca de 9,4 millones de euros, pagó altos impuestos sobre el patrimonio a las autoridades españolas por los años 2016 y 2017 – alrededor de 142.000 euros en cada año. Se opuso y llevó la vía judicial hasta la instancia más alta.

En las resoluciones, ahora confirmadas por el Tribunal Supremo, se discutía si a los no residentes se les puede tratar de forma diferente por su patrimonio en España en comparación con las personas residentes en España. El demandante argumentó que sus ingresos mundiales eran muy bajos y que, por tanto, la carga fiscal combinada del impuesto sobre la renta y el impuesto sobre el patrimonio suponía una carga desproporcionada. Solicitó la corrección de sus declaraciones fiscales; originalmente las autoridades locales y un tribunal administrativo no le dieron la razón, pero una instancia superior en las Baleares sí se la concedió —y ese resultado ahora fue confirmado por el Tribunal Supremo en Madrid.

¿Qué significa eso concretamente para Mallorca? Primero: quien vive fuera de España pero posee inmuebles aquí recibe una señal más clara de que la administración no puede tratar a estas personas de forma generalizada más desfavorable. Esto aumenta la seguridad jurídica – no solo para propietarios individuales, sino también para abogados, asesores fiscales y agentes que operan en el mercado. En las calles de Palma se oyen ahora con más frecuencia conversaciones sobre reclamaciones y sobre si conviene revisar de nuevo la documentación fiscal. Frente a pequeños cafés en la Plaça Major, los vecinos intercambian experiencias; el ambiente es más de curiosidad que de alarma.

Segundo: la sentencia puede poner en marcha reclamaciones. En el caso en cuestión, el demandante quería reducir considerablemente el pago elevado de 2016 y 2017 y que se le devolviera la diferencia. Si y cuánto se devolverá depende de cálculos individuales y de actos administrativos posteriores. Pero el precedente jurídico existe —y eso es una buena noticia para muchos propietarios en Mallorca.

Para la economía local, esta sensación de justicia estable tiene un beneficio práctico. Las transacciones inmobiliarias se basan en la confianza; compradores y vendedores necesitan la certeza de que las normas se aplican y de que los tribunales examinan las intervenciones en la planificación fiscal. En tiempos en que el casco antiguo de Palma se anima por la mañana con furgonetas de reparto y brisa marina, es reconfortante que las cuestiones legales complejas no queden en la nebulosa.

Mi consejo para propietarios e interesados en la zona: hagan revisar su situación, no especulen. Una conversación con un abogado o asesor fiscal especializado en Mallorca merece la pena si existen circunstancias similares. Los trámites administrativos pueden ser largos, pero la sentencia demuestra: puede compensar perseverar.

Al final, esta decisión no es un cheque en blanco para la elusión fiscal. Es más bien una declaración contra una desventaja generalizada de personas cuyo centro de vida está fuera de España y que poseen inmuebles aquí. Para la isla significa más claridad —y eso es una ganancia valiosa en un mercado donde la compra de vivienda y la vecindad están estrechamente ligados.

Nota: los datos de este texto se basan en las decisiones judiciales conocidas y en las cifras aportadas por el demandante para los años 2016 y 2017.

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