Warum Mallorca aus dem Balearen-Trend fällt

Las Baleares registran cierta calma — Mallorca no está de acuerdo

👁 5200✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

Las cifras oficiales muestran en agosto una ligera disminución de visitantes en las Baleares, pero en Mallorca el número de visitantes volvió a aumentar. Un vistazo a las causas y al ánimo local.

Baleares: menos gente en general, pero Mallorca sigue llena

A primera vista suena bien: en agosto descendió ligeramente el número medio de personas en las Baleares. En los cafés de Palma, sin embargo, apenas noté alivio — en el Passeig y en el casco antiguo por la tarde estaba tan concurrido como siempre.

El balance: tres de las cuatro islas habitadas registraron descensos, sólo Mallorca se distinguió. En la isla la presión de visitantes aumentó de nuevo y alcanzó en pleno verano un nuevo máximo, mientras Menorca, Ibiza y Formentera respiraban algo de calma.

¿Por qué las diferencias?

Los factores económicos parecen pesar más que las medidas políticas. Mercados de origen más débiles, sobre todo en Europa Central, así como precios más altos de vuelos y hoteles enfriaron parte de la demanda. En resumen: algunos reservan menos, otros pagan más — y aun así vienen.

Un economista local que entrevisté lo llamó un ajuste del mercado. No es una revolución política, sino un subproducto de la inflación, los tipos de cambio y la menor capacidad adquisitiva en algunos países.

¿Cómo se sienten los residentes?

En la panadería de Santa Catalina escuché el martes a las ocho y media: "Demasiada gente, muy pocos aparcamientos". Ese es el sentir de muchos vecinos que en verano lidian con atascos, autobuses llenos y el aumento de los alquileres.

Iniciativas critican que el gobierno se enorgullece de aliviar la situación, mientras que en los centros turísticos prácticamente no se nota. También representantes del sector dicen: el crecimiento debe ser de mayor calidad, no solo más grande.

Palma intenta cambiar la imagen

El gobierno municipal apuesta por la cultura: Palma aspira al título de Capital Europea de la Cultura 2031 y planea proyectos como la remodelación de la Plaça Major y un corredor verde hacia Bellver. La esperanza: más visitantes con otros intereses, menos masas de playa.

Si eso será suficiente, sigue siendo una incógnita. Para muchos residentes cuentan medidas de efecto inmediato: soluciones de movilidad, vivienda asequible y reglas más estrictas para los alquileres a corto plazo.

Los datos muestran, pues, una imagen dividida: alivio total limitado, Mallorca como excepción. ¿Y nosotros? Seguimos paseando por las callejuelas, comprando un pan, discutiendo — y esperando a ver si la política siente algo más que estadísticas.

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