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Desde el fondo del mar hasta el Támesis: cómo un iPhone hizo un pequeño viaje por Europa

Desde el fondo del mar hasta el Támesis: cómo un iPhone hizo un pequeño viaje por Europa

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Un iPhone perdido frente a Alcúdia volvió de una manera inusual a su dueña: hallado por un alemán, dejado en la recepción de un hotel y finalmente devuelto en Londres con un apretón de manos.

Un teléfono móvil perdido, un buceador y una policía con humor

A principios de septiembre, alrededor de las 10:30 de la mañana, en una mañana ventosa en la bahía de Alcúdia: una turista inglesa pierde su teléfono durante una excursión en barco. Un pequeño susto, un último adiós con la mano, y el dispositivo se desvanece con un pequeño burbujeo en el Mediterráneo. Se piensa que esa es la historia.

El hallazgo

Un turista de 44 años de Ansbach estaba ese mismo día con máscara y snorkel. Entre algas y pequeños peces brillaba algo negro. Se sumergió, sacó un iPhone cubierto de sal y lo llevó, empapado y lleno de arena, al hotel más cercano en el paseo. La recepcionista, ocupada con su cortado de la mañana y la lista de habitaciones, recibió el dispositivo con un encogimiento de hombros: "Eso debe llevarlo a la policía".

Cuando la burocracia vaciló

La comisaría local de Alcúdia estaba llena de expedientes y acaloradas discusiones sobre tasas de amarre. El agente allí fue cortés, pero claro: "La propiedad encontrada en el mar se queda con nosotros hasta aclararse." El descubridor se sintió como un mensajero cuyo paquete nadie quiere recoger. Así que se llevó de vuelta el iPhone a casa, no por desafío, sino por la simple sensación de haber hecho lo correcto.

Recuperación desde Ansbach

En casa en Ansbach, una joven colega de la comisaría local dio al caso nueva energía. Al limpiar, un oficial logró encontrar los contactos de emergencia. Una amiga de la propietaria llamó desde el otro extremo de la línea: la propietaria vive en Londres y hacía tiempo que lamentaba el dispositivo. Alegría para todos.

Y luego el giro sorprendente: Una oficial de la policía de Ansbach, Yasmine, planeaba casualmente un viaje a Londres. En lugar de un servicio de mensajería o de un certificado de envío, optó por la variante más personal: devolver el iPhone en su equipaje de mano. Sin jerga burocrática, sino un apretón de manos y una sonrisa en el aeropuerto.

¿Qué queda?

Desde el fondo del Mediterráneo, pasando por una conserjería de hotel y una oficina de la policía bávara hasta un apartamento en el Támesis — este iPhone ha visto más que muchos turistas todo incluido. Un breve consejo práctico al final: quien guarda un número de emergencia, aumenta enormemente sus posibilidades. Y sí: a veces son personas simples y honestas — y una planificación de viaje casual — las que devuelven objetos perdidos.

Palabras clave: Alcúdia, Ansbach, Londres, objetos hallados, policía

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