Cala Gamba: Anwohner fordern härtere Kontrollen gegen Jetskis

Jetskis vuelven a generar problemas en Cala Gamba – vecinos exigen más controles

👁 2378✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

En Cala Gamba, cerca de Palma, los jetskis ruidosos agobian a los residentes: el Club Náutico y el vecindario exigen controles más estrictos, también por posibles daños a las praderas de Posidonia.

Cuando el ruido del verano se convierte en una experiencia cotidiana

A media tarde, cuando las sombras tras las casas en Es Coll d’en Rabassa se alargan y las cafeterías del puerto respiran, para algunos vecinos ya desde hace años comienza la parte desagradable del día: el rugido de los jetskis en la bahía de Cala Gamba. No es la primera vez que estoy allí, con una taza de café en la mano, pensando: esto no puede seguir así.

¿Dónde la rampa se convierte en problema?

El punto de partida está claro: la rampa de embarcación en la pequeña dársena, que en su día estaba destinada para pescadores. Sin embargo, ahora allí también utilizan la misma entrada conductores privados, arrendadores y, al parecer, también operadores sin licencia. La ruta de tránsito marcada en la zona de protección costera existe, pero muchos apenas la siguen y circulan pegados a la línea de costa, pasando justo junto a las viviendas y junto al hospital Sant Joan de Déu.

Los vecinos relatan maniobras cortas y arriesgadas, altas revoluciones en zonas estrechas y un nivel de ruido que no disminuye ni al anochecer. 'Es como un tráfico continuo sobre el agua', dice una mujer que lleva diez años viviendo en la urbanización. 'Ya no se puede dormir con tranquilidad, y los niños están inseguros.'

No solo ruido – también los ecosistemas están en juego

Las preocupaciones están divididas en dos: ruido y seguridad por un lado, y presión ambiental por el otro. Especialmente sensibles son las praderas de Posidonia en la bahía. Varias actividades de embarcaciones en zonas poco profundas aumentan el riesgo de erosión y perturban a los peces jóvenes y a las plantas. Un miembro del Club Náutico habla de daños reputacionales para proveedores serios cuando los arrendadores ilegales crean la imagen.

Las autoridades ya han sido alertadas varias veces en años anteriores. Las demandas esta vez son concretas: controles más frecuentes en la rampa, presencia visible de la Guardia Costera los fines de semana y sanciones más severas contra operadores sin licencia. Algunos vecinos han llegado a documentar a principios de agosto una lista con los horarios en los que había muchos jetskis en marcha.

Qué se podría hacer

Existen medidas simples que podrían ayudar: señalización más clara en la rampa, una barrera física para los arrendadores no autorizados durante las horas punta, y campañas de información para los turistas. A largo plazo debería evaluarse si la ruta de tránsito debe controlarse más estrechamente o adaptarse estacionalmente.

Al final se trata de un equilibrio: la bahía debe poder ser utilizada, pero no a costa de la vecindad y la naturaleza marina. Quien vive, trabaja o se toma unas vacaciones aquí tiene derecho a momentos de tranquilidad. Y quien pone en marcha las embarcaciones debe recordar que el mar no es una pista de carreras.

Seguiré preguntando en las próximas semanas y pediré a las autoridades locales que respondan. Si alguien tiene observaciones, puede reportarlas a la Policía Municipal Ambiental o a la Guardia Costera: a menudo ayuda indicar un momento exacto o un breve video.

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