Acusado principal en el proceso inmobiliario niega todas las acusaciones

Nuevo giro en el caso de supuesto fraude inmobiliario

El lunes por la mañana, alrededor de las 09:30, la pequeña sala del juzgado de Palma se llenó más rápido de lo previsto. El sol apenas logró filtrarse por las ventanas hacia el Passeig; en algún lugar olía a café frío y papel. En el centro de la vista estaba el acusado principal de 47 años, conocido en la ciudad por todos como "Charly".

Declaración en lugar de confesión

Ante los bancos de los jueces, el hombre declaró en voz alta y a veces entrecortada que no había defraudado a nadie a sabiendas. Admitió haber cometido errores, pero citó una serie de motivos: presunta desinformación por parte de bancos, pánico repentino entre los clientes tras un mensaje de WhatsApp y amenazas personales que finalmente, dijo, le llevaron a huir a Colombia en 2018. Quién hizo las amenazas quedó vago.

Reiteró en varias ocasiones: "Soy inocente". Describió su propia confusión, el mal sueño y decisiones que en retrospectiva fueron equivocadas. El público en la sala reaccionó en silencio; los abogados pasaban páginas y una conocida negó con la cabeza.

Contradicciones y preguntas abiertas

La fiscalía se mostró poco impresionada. Señala la cuantía de las reclamaciones por daños y que los fondos de los clientes aparentemente también se utilizaron de forma privada —por ejemplo para una hipoteca, una peluquería y otros gastos, según la acusación. El acusado calificó esos gastos de comisiones legítimas o costes empresariales malinterpretados.

Particularmente críticos para él son los datos sobre visitas a casinos y grandes pérdidas, que él en parte llegó a poner en duda; incluso dijo que allí "casi siempre" gana. Eso provocó una leve sonrisa entre los observadores de la sesión, pero en el tribunal cuentan los números y las pruebas, no las historias del casino.

El proceso continúa

Además del acusado principal, varios coacusados están en el banquillo. La vista continuará en las próximas semanas; se escucharán más testigos y se examinarán los movimientos de cuentas. Para muchos inversores que ingresaron dinero hace años, la espera resulta agotadora. En los pasillos del tribunal escuché a una mujer decir: "Queremos claridad de una vez".

Si la habrá, por ahora queda abierto. El proceso parece un rompecabezas con piezas faltantes: acusaciones, declaraciones contradictorias y la cuestión de quién asumió qué responsabilidad y cuándo. Las próximas fechas mostrarán si las acusaciones son fundadas —o si la historia termina de manera distinta a lo que muchos ahora suponen.