Sanierung des Bulevard von Peguera startet – Etappen bis 2029

Rehabilitación en Peguera: El bulevar cobra nueva vida

👁 1723✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

Los trabajos en el bulevar de 1,3 kilómetros de Peguera comenzaron hace aproximadamente un mes. Hasta 2029 la avenida peatonal se renovará en cuatro tramos; el primero, de alrededor de 350 metros, debería estar terminado ya en abril. Coste: alrededor de 12 millones de euros, de los cuales dos millones proceden de fondos de la UE.

Rehabilitación en Peguera: El bulevar cobra nueva vida

Primera de cuatro fases en marcha – el ritmo y la vida cotidiana siguen siendo perceptibles

Hace poco menos de un mes comenzaron los trabajos en el bulevar de Peguera, la avenida principal del núcleo situado en el municipio de Calvià. La rehabilitación afecta a todo el tramo de unos 1,3 kilómetros, inaugurado hace aproximadamente 25 años. Se han planificado cuatro fases de obra y el proyecto se prolongará hasta 2029. En los primeros 350 metros se renovarán completamente la calzada y las aceras, y esta primera etapa debería estar finalizada, algo antes de lo previsto, ya en abril.

En el Passeig se aprecia actualmente la mezcla habitual de actividad de obra y vida cotidiana: operarios con chalecos naranjas, furgonetas de reparto, entregas a las cafeterías, pero también vecinos que pasean con perros o bolsas de la compra entre las zonas acordonadas. El sonido de los martillos neumáticos se mezcla con el olor del café recién hecho en un bar que, a pesar de las obras, sigue abierto. Estas escenas son conocidas aquí: obra por la mañana, charla en la barra por la tarde.

Desde el punto de vista económico, el proyecto es notable: el ayuntamiento ha calculado un presupuesto total de unos 12 millones de euros, de los cuales aproximadamente dos millones provienen de un fondo europeo. Ese dinero se destinará a materiales, soluciones accesibles y pavimentos más sostenibles. El Ajuntament comunica los detalles técnicos concretos; las cifras dejan claro que no se trata de una intervención cosmética, sino de una renovación profunda.

La importancia para Peguera se percibe de inmediato en el día a día. La promenade conecta accesos a la playa, pequeños comercios, restaurantes y apartamentos. Las grietas en el pavimento y los bordes desprendidos son un problema para los cochecitos de bebé, las sillas de ruedas y las ruedas de bicicleta, además de resultar molestos para residentes y turistas. Una superficie renovada supone mejor accesibilidad, menos riesgos de tropiezos y una imagen más fresca de cara a la temporada alta.

La perspectiva a largo plazo hasta 2029 no es solo un anuncio de obras, también es una oportunidad: al renovar el bulevar por tramos se pueden diseñar secciones con mayor calidad de estancia —más bancos, macetas, mejor iluminación pública—. Esto no implica que todo se vaya a implementar de forma espontánea; hará falta coordinación con los comerciantes y los vecinos para que las entregas y los itinerarios peatonales funcionen.

Una observación desde el pueblo: muchos propietarios de tiendas se muestran aliviados porque las obras se ejecutan de forma sistemática y por fases. Un propietario de una cafetería en la plaza me contó que los clientes siguen viniendo porque saben que pronto quedará más bonito. Una vecina mayor elogió que por fin se vayan a arreglar los agujeros en el pavimento: para ella es una mejora real en la vida cotidiana.

Por supuesto, una rehabilitación de varios años conlleva molestias: ruido, cambios en las plazas de aparcamiento y desvíos temporales. Aquí ayuda el pragmatismo: mayor información por parte del ayuntamiento, señalización clara en el lugar y franjas horarias fijas para las entregas facilitarían mucho el día a día. Los que ya viven en el barrio conocen pequeños trucos sobre qué caminos funcionan mejor, y serán importantes en los próximos meses.

Mirando hacia adelante: si la primera fase se completa como está previsto en abril, el proyecto podría ganar ímpetu. La experiencia demuestra que los avances visibles —nuevo pavimento, bordillos más limpios, plantaciones frescas— elevan el ánimo del barrio y animan a los pequeños comercios a arreglar sus escaparates. Además, los fondos de la UE aseguran que no solo se hagan reparaciones puntuales, sino inversiones más sostenibles.

Para Peguera esto significa: menos riesgos de tropiezos, mejores recorridos para todos, una imagen más moderna y la posibilidad de mejorar la calidad a lo largo de la promenade. Quienes paseen por el pueblo en los próximos meses verán a la vez obreros, zonas acordonadas y progreso. Y cuando el sol baje y las cafeterías vuelvan a sacar mesas a la calle, se verá si la remodelación cumple lo prometido.

Mi consejo para vecinos y visitantes frecuentes: consulten los paneles informativos, hablen con los comerciantes e aporten sugerencias prácticas —por ejemplo, sobre más asientos o la elección de plantas. Proyectos de este tipo funcionan mejor si no se planifican solo desde arriba, sino con aportes locales. Al final, toda Peguera saldrá beneficiada.

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