Son Banya: Die verschwundenen Palmen und was sie über öffentlichen Raum verraten

Son Banya: por qué 280 nuevas palmeras fueron retiradas de repente

👁 4321✍️ Autor: Adriàn Montalbán🎨 Caricatura: Esteban Nic

Residentes y la policía se sorprendieron: comerciantes plantaron cientos de palmeras en Son Banya — supuestamente para hacer el asentamiento más agradable. La ciudad ordenó retirarlas.

Gran acción de plantación — y muchas preguntas

A primera hora del martes por la mañana, antes de que el sol se elevara sobre las colinas del aeropuerto, llegaron excavadoras hacia Son Banya. No era una gran obra, sino un proyecto inusual: en las semanas previas habían aparecido allí aparentemente 280 palmeras Washingtonia, cada una valorada en alrededor de 100 euros — haga cuentas: casi 30.000 euros por la fila de árboles. Además se plantaron cuatro nuevos olivos, por los que los responsables, según la estimación municipal, habrían pagado alrededor de 10.000 euros.

La idea detrás

Quién organizó la acción de plantación sigue siendo parte del problema: son círculos que manejan los hilos en el barrio. Según la policía, la intención aparentemente era sencilla: hacer que el asentamiento pareciera menos intimidante. "Al parecer se quería que la gente paseara también de día sin miedo", dice un agente experimentado que no quiso ser citado por su nombre. Primero, según testigos, colgaban banderines y carteles luminosos, luego camisetas y, finalmente, un montón de plantas.

Por qué intervino la ciudad

Las plantas no permanecieron mucho tiempo. En el plazo de dos días equipos municipales acudieron y retiraron las palmeras; excavadoras trabajaron el martes y el miércoles. La justificación: terreno público, titularidad incierta y la preocupación de que con ello se pudiera camuflar una posesión ilegal. Además, los investigadores encontraron en una intervención anterior numerosas macetas, un indicio de que la vegetación podría formar parte de una estrategia.

Lo que dicen los vecinos

Desde las inmediaciones se oyen opiniones encontradas. Una vecina lo resumió así: "Las plantas en realidad se veían bien, pero ¿de dónde vienen?" Otro vecino se mostró molesto por la forma de retirarlas: "Se podrían desenterrar y trasplantar a otro lugar, en vez de arrasarlo todo." Comentarios espontáneos como estos muestran que muchos ven el asentamiento con ambivalencia: se valorarían las zonas bonitas, pero no bajo estas circunstancias.

Quedan preguntas abiertas

Lo que queda son preguntas para la administración y la policía: ¿quién pagó la entrega? ¿Quién dio los permisos —si es que los hubo? ¿Y cambiará la medida la situación en Son Banya de forma duradera? La situación es compleja; una simple fila de árboles no cambia las estructuras. Aun así, la acción ha mostrado lo rápido que pueden chocar la simbología y los derechos sobre el suelo cuando en un barrio de alta tensión de repente se practica una "embellecimiento".

Seguiré atento y, si es posible, en los próximos días aportaré cifras más concretas y declaraciones del ayuntamiento y la policía. A corto plazo queda la imagen: llegaron palmeras, se fueron palmeras — y el debate sobre control y espacio público continúa.

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