Un inversor noruego vende sus dos últimas villas vacacionales en Son Espanyolet. Para los vecinos termina una era de ruido, pero los problemas de la gentrificación y la búsqueda de elevados rendimientos permanecen.
La fiesta terminó, el mercado sigue inquieto: Son Espanyolet tras la venta de las villas vacacionales
¿Quién se beneficia realmente cuando las villas vacacionales desaparecen de un barrio residencial?
De madrugada en Son Espanyolet el aire todavía huele a pa de vidre recién hecho, desde la pequeña panadería de la calle lateral se oye el tintinear de las tazas de café y el camión de la basura recorre la calle Mas. Fue aquí donde terminó recientemente un episodio curiosamente ruidoso: un inversor noruego convirtió un conjunto de casas adosadas, antaño tranquilo, en algo parecido a un hotel horizontal —con piscinas, huéspedes ruidosos y varias licencias ETV. Ahora, tras la intensa presión de la vecindad, la empresa se deshace de las viviendas vacacionales que le quedaban. Pero, ¿es esto realmente el final del problema?
Los hechos son escuetos: la empresa Alzina Living ofrece actualmente solo dos villas en Son Espanyolet a la venta —la propiedad conocida como Villa Son Mas, con un precio solicitado de tres millones de euros, y la Villa Sant Josep, para la que se pide 2,6 millones de euros. Según el anuncio, ambas propiedades cuentan con licencias turísticas (ETV) vigentes para grupos numerosos. Quien conoce las calles del barrio sabe que tales licencias son raras y por tanto muy codiciadas.
La asociación de vecinos, representada por Ferràn Aguiló, observa la evolución con escepticismo. Recuerda cómo el comprador noruego, en 2018, adquirió de golpe numerosas casas, realizó reformas y creó capacidad de alojamiento para mucho más de cien huéspedes —incluida una cocina central, una recepción y una infraestructura que permitía operar como un resort. El Ayuntamiento intervino; hoy solo quedan dos alojamientos turísticos en el inventario. Al mismo tiempo, el inversor ha cambiado su estrategia comercial: ahora construye viviendas unifamiliares en hilera que superan ampliamente el millón de euros. Muchas casas de la calle Mas están actualmente en venta.
La pregunta central es: ¿acaba con la venta de las villas la carga para los vecinos o solo comienza la siguiente fase del desplazamiento? Quien realmente gana no es automáticamente la comunidad local. Un breve análisis de la realidad muestra varios riesgos: las plusvalías capitalizadas por la rápida compra y la posterior venta empujan los precios inmobiliarios aún más al alza. Los compradores pueden ser fondos de cobertura, sociedades de inversión o inversores particulares sin vínculo con el barrio. Y aun cuando disminuyan los alquileres vacacionales, aparecen ofertas residenciales a precios de lujo que transforman la estructura social.
Lo que suele faltar en el debate público son cifras fiables sobre los cambios de propiedad, datos transparentes sobre las licencias ETV en barrios como Son Espanyolet y declaraciones claras sobre cómo la planificación municipal regula la conversión de vivienda en uso turístico y, posteriormente, en costosos pisos en propiedad. También es poco visible el papel que juegan las plataformas de intermediación y los anuncios de agencias en el surgimiento de estos modelos de negocio a corto plazo.
Una escena cotidiana hace tangible la problemática: en una noche templada, los vecinos se sientan en los escalones frente a sus casas, escuchan el rumor lejano de un taxi turístico y tratan de hablar sobre el aumento de los gastos comunitarios. Los que han crecido aquí recuerdan a vecinos que vivieron toda la vida en una casa que ahora se vende por el doble. La sensación no es solo financiera: es una pérdida emocional del vecindario.
Qué hacer concretamente para limitar estos efectos puede resumirse en propuestas pragmáticas: primero, un registro de propietarios más transparente a nivel municipal que muestre quién compra y vende inmuebles. Segundo, una evaluación de tipo moratoria de las licencias ETV en zonas residenciales densas, complementada con un límite para nuevas autorizaciones turísticas. Tercero, requisitos mínimos vinculantes sobre ruido, supervisión y representantes locales, además de una oficina digital de mediación para molestias recurrentes. Cuarto, incentivos fiscales o recargos que reduzcan la rentabilidad de la especulación a corto plazo, y quinto, promoción dirigida de vivienda social para que los residentes de ingresos medios puedan permanecer en el barrio.
Por supuesto, las medidas deben ser legalmente sólidas y respetar el marco de las leyes españolas y baleares. Aun así, sin voluntad política y sin instrumentos locales para gestionar el cambio de uso, el ciclo de compra, conversión, venta y desplazamiento continúa intacto. Eso se aprecia en los muchos folletos que ahora llenan los portales: precios en millones, raramente enfatizan las consecuencias para la vida urbana cotidiana.
Para terminar, un juicio claro: la retirada de un arrendador ruidoso no es una victoria de la vecindad mientras la mecánica de la rentabilidad y la especulación siga en marcha. Son Espanyolet necesita normas, controles y un plan estable para preservar su estructura residencial. De lo contrario, de un barrio tranquilo pasará a ser un destino popular para inversores que, con reformas y nuevos precios, obtendrán su beneficio —mientras las esquinas que huelen a café y donde los niños aún juegan en la acera pierden poco a poco su mezcla de vida cotidiana y vecindad.
Conclusión: La fiesta ha terminado, pero la música del mercado continúa. Sin respuestas locales claras, Son Espanyolet corre el riesgo de un nuevo compás —con consecuencias económicas y sociales para los vecinos.
Leído, investigado y reinterpretado para ti: Fuente
Noticias similares

Control en Palma: 171 pastillas, dos detenciones — ¿qué tan seguras están nuestras calles?
En un control de tráfico en Palma, agentes de la unidad ECOP incautaron 171 pastillas de MDMA, dosis de 'Tusi', dinero e...

Nochevieja en Mallorca 2025: glamour, gastronomía y alternativas acogedoras
De Can Bordoy a Palma Bellver: dónde la isla celebra el Año Nuevo — ideas de regalo para distintos presupuestos, detalle...

Mallorca 2026: Auge de las reservas anticipadas – ¿Un círculo vicioso para la isla, los hoteleros y los residentes?
TUI registra fuertes cifras de reservas anticipadas para 2026; las familias aseguran descuentos y precios para niños. Po...

Esther Schweins lee por una buena causa en la Bodega Binivista
El sábado a las 18 h la actriz Esther Schweins leerá en la Bodega Binivista en Mallorca 'La matemática de Nina Gluckstei...

Alcúdia: ¿Quién estaba realmente al volante? Un chequeo de la realidad sobre alcohol, responsabilidad e investigaciones
En el accidente mortal en la Ma-3460 el 15 de noviembre falleció un neerlandés de 53 años. Al principio afirmó que él ha...
Más para descubrir
Descubre más contenido interesante

Descubre las mejores playas y calas de Mallorca con SUP y esnórquel

Taller de cocina española en Mallorca

