Adoquines de Palma mojados, personas con paraguas y luz cálida de farolas

Palma otoñal: lluvia, viento cálido y calles relucientes

👁 2345✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

Un día otoñal típico en Palma: llovizna, temperaturas suaves y adoquines brillantes. Consejos para cafés, paseos por el puerto y cómo afrontar las calles resbaladizas.

Palma otoñal: lluvia, viento cálido y calles relucientes

Hoy Palma muestra de nuevo esa faceta que aprecian los locales y los viajeros de larga estancia: llueve de vez en cuando, pero las temperaturas se mantienen suaves. El Passeig del Born huele a piedra mojada y a café recién hecho. Los vencejos ya han partido; en su lugar ahora se oye el ocasional golpe de los paraguas y el suave chapoteo de las gotas en las fuentes de la Plaça Major.

Temperaturas y sensación

Los termómetros se sitúan en un nivel agradable: por la mañana alrededor de 18 °C, durante el día hasta 25 °C en breves picos de calor, y por la noche de nuevo sobre los 20 °C. Sensación suele ser algo más templada: la humedad tras la lluvia acaricia la piel más que la enfría. Para pasear por la Marina basta con una chaqueta ligera; las personas sensibles deberían llevar un jersey fino junto al agua.

Viento, presión y cómo vestirse adecuadamente

La presión atmosférica se mantiene estable en torno a 1023 hPa, la humedad relativa ronda el 56 %. El viento sopla desde el este (cerca de 99°) con unos 6 m/s y rachas aisladas de hasta 7 m/s —suficiente para sujetar las papeles en las terrazas del Passeig y para llevar cuidado con el paraguas. Consejo: hoy es más práctico un paraguas pequeño y resistente y una chaqueta hidrófuga que un paraguas grande que el viento pueda volcar.

Nubes, chubascos y consecuencias para la vida urbana

La capa de nubes está en su mayoría cerrada, con algunas aperturas. La probabilidad de lluvia roza el 100 %, lo que significa: charcos en los adoquines de La Lonja y alrededor del Mercat de l’Olivar son inevitables. Los desplazamientos deberían iniciar antes: las calles mojadas se vuelven más resbaladizas y los carriles bici brillan como recién pulidos. La buena noticia para los aficionados a la navegación es que el oleaje se mantiene tranquilo; el espigón de Portixol ofrece bancos mojados pero bonitas vistas con luz suave.

Consejos para el día en Palma

Quien quiera disfrutar de la ciudad hoy debe tomárselo con calma: un espresso en un espacio exterior cubierto, mirar una pequeña boutique o descansar en una bodega son alternativas ideales cuando cae un chubasco. Los museos y mercados interiores como el Mercat de l’Olivar invitan a pasear sin que la lluvia sorprenda. Por la noche la luz de las farolas crea una atmósfera casi cinematográfica: reflejos en los adoquines mojados, conversaciones suaves desde los bares y el lejano zumbido de un autobús.

En resumen: un día otoñal clásico, templado y ligeramente lluvioso en Palma tiene su propio encanto. No hay tormenta, no hace frío, es más bien acogedor y algo lluvioso. Así que: llevar paraguas, ponerse una chaqueta y descubrir la ciudad con tranquilidad —paso a paso— y con los ojos abiertos a los pequeños detalles brillantes de la vida cotidiana.

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