Campamento improvisado junto a la Ma-19 en Can Pastilla con tiendas y cobertizos de cartón y madera cerca de zonas turísticas

Entre la promenade y los cobertizos de cartón: Can Pastilla ante una prueba social

👁 8360✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

Detrás de las fachadas hoteleras y la Ma-19, campamentos provisionales de cartón y madera surgen entre la vegetación. ¿Cómo puede Mallorca garantizar lugares dignos para dormir sin limitarse a trasladar los problemas?

Alojamientos alternativos entre la autopista y la zona hotelera: una imagen que permanece

Quien en estas semanas recorre la Ma-19 hacia Can Pastilla lo ve pronto: no lejos de la playa y de los autobuses turísticos, detrás de un campo de deportes en ruinas, brotan tiendas, cobertizos de tablones y construcciones de cartón entre la maleza. El contraste es nítido: a la derecha las limpias promenadas, a la izquierda el desorden de mantas, ollas y camas a medio montar. El olor a parrilla se mezcla con el de los residuos; por la mañana no son solo las gaviotas, sino también las voces de quienes improvisan junto a la carretera las que empiezan el día.

La pregunta central

¿Cómo puede la isla entre el brillo hotelero y los campamentos de tiendas volver a ofrecer lugares dignos para dormir, sin limitarse a trasladar los problemas? Esta pregunta guía las conversaciones con vecinos, voluntarios y trabajadores de servicios sociales. No se trata solo de higiene puntual: es cuestión de seguridad, dignidad y fiabilidad.

Por qué estalla aquí y ahora

Convergen varias fuerzas: el calor, que empuja a las personas bajo la escasa vegetación; una oferta de viviendas y alquileres tensa, que incluso pone en aprietos a residentes de larga duración; y un mercado laboral que obliga a muchos a trabajos estacionales y mal pagados en hoteles. Para algunos la tienda no es elección sino el mal menor económico: la cercanía al trabajo pesa más que una dirección segura. A ello se suman plazas limitadas en albergues y centros de asesoramiento desbordados. Los voluntarios reparten botellas de agua y artículos de higiene, pero la ayuda sigue siendo puntual.

Orden público, salud y vida cotidiana: aspectos que se hablan poco

En el debate público suelen predominar la limpieza y el orden. Menos visibles son las barreras legales (falta de documentación, trámites complicados), las enfermedades mentales, las adicciones o las dificultades lingüísticas —factores que dificultan el acceso a las ayudas. También es delicada la proximidad a la infraestructura turística: el uso del suelo alrededor de la Ma-19 está fragmentado, muchas parcelas son propiedad privada o zonas de amortiguamiento militar y no sirven de inmediato para albergues oficiales.

Medidas concretas e inmediatas

• Equipos sociales móviles: equipos de streetwork multilingües que visiten regularmente los campamentos, ofrezcan controles de salud y orienten sobre vías de acceso a los servicios. Estos equipos necesitan financiación estable, no solo fondos estacionales.
• Puntos sanitarios y de agua: aseos temporales, estaciones de agua potable y recogida regular de basura para reducir riesgos sanitarios e incendios.
• Módulos climatizados temporales en terrenos municipales: existen sistemas modulares probados que pueden montarse en pocas semanas y ofrecer protección contra el calor y la lluvia.
• Campañas informativas multilingües: indicaciones sobre lugares de atención en español, inglés, rumano o búlgaro —las lenguas de muchos trabajadores temporales.

Soluciones a medio plazo y estructurales

• Gestión del vacío habitacional: cooperaciones estacionales con apartamentos turísticos desocupados fuera de la temporada alta —con obligación de acompañamiento social.
• Fondos de vivienda para vivienda asequible: combinar fondos públicos y privados para construir viviendas accesibles —y no solo alquilar temporalmente.
• Obligaciones para empleadores: hoteles y grandes agencias podrían verse obligados a ofrecer alojamiento a sus trabajadores o a pagar contribuciones destinadas a vivienda social.
• Desburocratización: agilizar la verificación de identidad y la tramitación de prestaciones para que las personas accedan más rápido a ayudas y políticas de inserción laboral.

¿Quién debe actuar?

No es cuestión de actuar en solitario: ayuntamiento, gobierno insular, sector hotelero, ONG y vecindario deben cooperar. Es especialmente importante una oficina de coordinación local que centralice ofertas, plazas libres en albergues y capacidades de voluntariado al día. Sin coordinación fiable la ayuda seguirá siendo fragmentaria.

Una mirada hacia adelante: oportunidades en lugar de solo conflictos

La isla tiene una elección: minimizar el problema con intervenciones temporales o aprovechar la situación como llamada de atención para crear infraestructuras duraderas para personas con recursos limitados. La segunda opción exige coraje y dinero, pero a la larga reduce conflictos, ofrece más perspectivas de permanencia y construye un paisaje urbano más social. El verano hace visible lo que actúa todo el año: cuando ingresos, vivienda y trabajo no encajan, surgen rincones como el situado detrás del campo de deportes en la Ma-19.

Seguiré observando en el lugar, hablando con vecinos y preguntando por iniciativas concretas. Ojalá no se quede en llamamientos y haya plan y ejecución —antes de que los días calurosos se conviertan en conflictos intensos.

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