La costa sur de Mallorca enfrenta aumento de desembarcos de botes pequeños y plástico, con altos costos de limpieza.

La costa sur desbordada: barcos con migrantes se acumulan en las playas de Mallorca

👁 8723✍️ Autor: Ricardo Ortega Pujol🎨 Caricatura: Esteban Nic

En Ses Salines, Santanyí y Campos se amontonan barcos de refugiados abandonados. Los municipios se quejan de costos, peligros ambientales y la falta de ayuda desde Madrid.

Barcos, montones de plástico y la sensación de que nadie llama: Así luce el sur de la isla hoy

\n

A primera hora de la mañana, cuando en la MA-19 aún tosen los camiones y las panaderías sacan sus primeras Ensaimadas, ya hay operarios de grúas y trabajadores municipales en las calas. En las últimas semanas se han ido acumulando los desembarcos de pequeñas embarcaciones con migrantes en la costa sur: Ses Salines, Santanyí y Campos apenas pueden ya seguir el ritmo.

\n

Antes era una excepción, ahora son casi intervenciones diarias, dice un empleado del ayuntamiento de Ses Salines, al que llamo por teléfono mientras aún ordena planes para el traslado. El municipio almacena los naufragios tras purgar el combustible y una primera limpieza en el punto de recogida entre una planta de reciclaje. Allí se amontonan ya unas diez cascos. En Santanyí son poco más de una docena, en Campos varios, que esperan ser recogidos.

\n

¿Quién limpia y quién paga?

\n

La práctica es simple y, sin embargo, frustrante: En cuanto una neumática llega a la orilla, los equipos locales son los primeros en estar allí. Rescatan personas, llaman a servicios médicos y a la policía, limpian tramos de playa y luego llega el levantamiento. Camiones, grúas, almacenamiento intermedio. Nosotros asumimos las primeras medidas y los costos. Posteriormente, la delegación estatal toma los barcos; antes o después. Pero la carga recae sobre nosotros, describe la alcaldesa de Campos la situación y respira con dificultad.

\n

Lo financiero duele: costos de personal, horas de maquinaria, tasas de eliminación. A ello se suma el enfado por la basura de civilización — teléfonos móviles, botellas de agua vacías, de vez en cuando chalecos salvavidas antiguos y trozos de plástico que el viento arrastra a las dunas.

\n

El peligro ambiental sigue siendo un tema

\n

Técnicamente problemáticos son los restos de los barcos: plásticos reforzados con fibra de vidrio son difíciles de descomponer; se suman restos de aceite y gasolina de los motores fuera de borda. Un responsable de seguridad en Santanyí advierte: Si algo así se descompone en el mar, no es solo una foto fea para los turistas; es una carga a largo plazo para la playa y el lecho marino.

\n

En Cap de Ses Salines aún quedan varios naufragios sobre las rocas. El rescate allí es peligroso y costoso; a menudo deben intervenir empresas especializadas, lo que eleva aún más los costos.

\n

Llamado a Madrid — y a los vecinos

\n

Las voces de los ayuntamientos son similares: más personal, mejor intercambio con la administración central, procedimientos claros para la recogida y la eliminación. Somos pequeños, pero tenemos responsabilidad, dice un concejal de Ses Salines. Hace falta ayuda coordinada, si no, se convierte en una situación permanente.

\n

Las personas que llegan necesitan protección y atención. Y los municipios necesitan seguridad en la planificación. Hasta entonces, quedan grúas en la playa, plástico en las dunas y equipos exhaustos que se levantan temprano porque otro barco ha llegado a la orilla.

\n

En el lugar, cada mano que ayuda cuenta — y cada aviso: quien detecte avistamientos extraños debe informar a la policía o a los servicios de emergencia, en lugar de ir al mar por su cuenta. La situación es delicada, las consecuencias son perceptibles — para las personas y el medio ambiente.

Noticias similares