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Viviendas nuevas en pleno centro: el ayuntamiento de Palma dice sí

Viviendas nuevas en pleno centro: el ayuntamiento de Palma dice sí

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La ciudad de Palma ha decidido permitir que varias oficinas vacías y locales en planta baja se conviertan en viviendas. Un paso que trae oportunidades y preguntas por responder.

Viviendas nuevas en el centro: el ayuntamiento de Palma dice sí

El 1 de octubre Palma aprobó una resolución que sorprende en el casco antiguo: en lugar de espacios vacíos, volverán a habitar en las plantas bajas. El ayuntamiento ha dado luz verde para convertir varias decenas de unidades que hasta ahora se usaban como oficinas o locales comerciales en viviendas.

Al caminar por la mañana por la Plaza Santa Eulàlia o por las pequeñas callejuelas alrededor de la Calle Olmos, se ven los lugares de los que se habla: persianas cerradas, escaparates desocupados, a veces solo un número de teléfono como rastro final. La idea es simple y práctica: el espacio que nadie utiliza debe volver a ser vivienda.

Qué significa la conversión para los vecinos

Para los vecinos, al principio suena bien. Más personas significan vecindarios más animados, menos fachadas abandonadas y por las mañanas olor a café proveniente de cocinas reales — no solo de bares. «Finalmente, vuelve la vida a la calle», dice una mujer mayor del barrio que saca a pasear a su perro cada mañana en el Parc de ses Estacions. Otros advierten sobre problemas: ¿Quién paga los costosos costos de remodelación? ¿Pueden los vecinos esperar ruido cuando aquí de pronto se mudan familias?

La ciudad quiere, por ello, reglas claras: permisos, estándares mínimos de iluminación y ventilación, y una lista de prioridades — desde vivienda social hasta ofertas de alquiler financiadas. Obstáculos técnicos como la capacidad de carga, la protección contra incendios o el aislamiento acústico siguen siendo desafíos, especialmente en edificios del siglo XIX.

Desarrollo urbano en lugar de mera búsqueda de lucro

Detrás del paso late la esperanza de reactivar locales comerciales vacíos, sin ampliar nuevas superficies. Eso es pragmático y ahorrador de recursos. Las empresarias y propietarios podrían beneficiarse si las conversiones se realizan de forma descomplicada y con ayudas. Por otro lado, algunos comerciantes temen que el centro de la ciudad pierda diversidad — menos tiendas pequeñas, más viviendas puras.

A corto plazo se espera que los primeros proyectos sean solicitados dentro de unos meses; la administración dice que los primeros cambios se realizarán antes de la próxima primavera. Quién exactamente está afectado y cuántas unidades finalmente se convertirán en viviendas, la ciudad aún no lo ha decidido. Lo claro es: Palma intenta con esto volver a equilibrar la vida del centro y la vivienda asequible; y se ve en cada esquina de la ciudad vieja.

Qué queda: Un intento práctico de reutilizar el espacio. Los detalles los decidirán las vecindades.

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